A finales del año 91 un grupo de jóvenes del barrio de Adelfas ocupaba el edificio del antiguo Colegio Juventud, en la zona del barrio conocida como Las Californias, para poner en marcha un espacio de encuentro que desde entonces se conocería como Centro Social Seco. La historia del Centro Social estuvo dese entonces ligada a la vida y reivindicaciones de las vecinas y vecinos del barrio que fueron desarrollado a lo largo de estos mas de 20 años una incansable pelea por permanecer en ese rincón de Madrid y hacer de él además un lugar digno frente al abandono y a los planes de remodelación municipales que no siempre tenían en cuenta los intereses de los habitantes de Las Californias. Lograron ser realojados en un edificio en el barrio y consiguieron además que el edificio más antiguo de la zona se conservara y pasara a formar parte de nuestro patrimonio histórico y cultural, albergando además un equipamiento que el distrito llevaba años esperando.
Hoy la alcaldesa de Madrid ha entregado a los movimientos ciudadanos del barrio las llaves de un espacio en el mencionado equipamiento para que los vecinos y vecinas puedan dar continuidad a la actividad que de manera autogestionada venían realizando desde hace más de dos décadas. Se trata de una superficie de alrededor de 300 metros cuadrados en la planta baja del edificio del Centro Cultural Luis Peidró en la que las asociaciones podrán desarrollar su actividad cotidiana de 10 de la mañana a 12 de la noche de lunes a domingo tal y como habían propuesto durante el proceso de negociación con el ayuntamiento.
Los vecinos se han felicitado de lo que consideran un logro largamente peleado y han atribuido el éxito al tesón, a la resistencia del vecindario, a la solidaridad y el apoyo de los movimientos sociales y a la capacidad de los colectivos implicados de hablar idiomas y saber traducir sus demandas de manera que pudieran ser recogidas por la administración municipal.
Igualmente han felicitado a los responsables municipales por hacerse eco de estas demandas y dar, tras dos décadas, una respuesta positiva concreta.
Los movimientos ciudadanos del distrito han manifestado también que este momento no es un punto de llegada si no de partida y que esperan que la novedad que supone que se ceda a los vecinos un espacio municipal para que sea gestionado de manera democrática y directa por los mismos, no sea un excepción sino un ejemplo que se multiplique.
Desde la asamblea del Centro Social Seco, queremos explicar lo que significa para nosotros y nosotras el paso que se ha materializado hoy citando a Eduardo Galeano, que escribe mejor que todas y todos nosotros:
“Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable”.