Hacía mucho tiempo que en el Centro Social SECO no realizábamos una convocatoria pública de tanta importancia, hacía años que no era necesario salir a defender nuestro proyecto. Cruzábamos apuestas sobre cuanta gente acudiría, sobre cuanto se curraría la gente el agujero rosa, si la Pantera Rosa volvería a hacer suyas las calles del barrio.

Nervios de última hora preparando el camión y engalanando el local (dentro de lo que se deja) hacen que lleguemos con la lengua fuera a nuestra cita. Negociaciones de última hora con la policía sobre el camión, tira y afloja sobre los carriles que podemos ocupar… ¿Para qué ponérnoslo fácil? Y mientras dialogamos va llegando gente de todos los colectivos, a la que se suman secanos de todos los tiempos, vecinos del barrio de toda la vida y algunos recién llegados, compañeros y compañeras de colectivos de medio Madrid.


La Marcha Rosa arranca impuntual, como marca nuestro protocolo… y vemos como muchos centenares de personas van conformando un enorme y alegre agujero rosa. Encabezando el cortejo nuestro camión forrado de pancartas y banderas, nuestro equipo de sonido que emite canciones y consignas, detrás la cabecera donde vecinos y miembros del centro social portan la pancarta… posteriormente una gran bandera rosa, la batucada y los cortejos de muchas entidades amigas.



Desfilamos por la Avenida Ciudad de Barcelona al ritmo de los tambores y del tema de la película Pink Panther, unas 1500 personas bailamos una simpática danza de guerra en defensa de SECO hasta llegar a la calle Seco. La calle que da nombre al centro y donde comenzó esta historia hace 22 años, hacemos ruido y compartimos nuestras reivindicaciones con vecinos y vecinas. Seguimos desfilando hasta torcer por la calle Barrilero, frontera que marcaba el inicio de la zona de Las Californias. Y hacemos una parada para recordar que hasta hace unos años aquí se levantaba una zona de casas bajas y pequeñas naves industriales, donde también su ubicaba la primera sede de SECO. Un barrio atípico que desapareció fruto de una remodelación urbanística, pero cuyos vecinos y vecinas lucharon durante años para no que no se les expulsara. Y hoy habitan un edificio que fue bautizado como “MEMORIA” y queríamos que esta marcha también les rindiera homenaje, pues las grandes ciudades son muy aficionadas a borrar su rastro y los anónimos aportes de sus vecinos.

Y de forma especial queríamos recordar a uno de sus habitantes con los que manteníamos una relación especial, Francisco, que nos dejaba hace unas semanas. Entonces desde el camión se contó la historia de este veterano del barrio, pues nació y vivió toda su vida entre estas calles, defendió Madrid del fascismo durante la guerra civil, y su figura tiene un especial vínculo con nosotros. Su padre construyó el edificio que alojaba el centro social, él fue uno de los cómplices y compañeros de viaje durante décadas, encargado de cerrar las puertas de SECO por última vez y persuasivo vecino para que volviéramos a Las Californias, al centro cultural que se construyó en el único edificio que los vecinos logramos salvar del antiguo barrio.

Se pidió un minuto de silencio durante el cual compañeros de SECO y las gentes del huerto comunitario, que durante los últimos años compartieron muchas tardes con él desplegaban dos pancartas en las que se leía PORQUE FUERON SOMOS, PORQUE SOMOS SERÁN junto a una gran foto suya.

Una vez pasamos la parte emotiva de la Marcha continuamos desfilando rumbo a la calle Arregui y Aruej donde recuperamos el ritmo más festivo y reivindicativo, rumbo a la actual sede del centro social. Apuramos la última calle y la gente se fue viniendo arriba de ánimos e incluso del camión, al que algunas de nuestras vecinas más ilustres como Julia o Limi se subieron. Bailamos al ritmo de las últimas canciones y cerramos con una canción partisana como “Avanti Popolo” cuyo estribillo reescribimos cantando “¡¡Pantera Rosa, Pantera Rosa triunfará!!”


Y entonces procedemos a que nuestra joven vecina Limi leyese el comunicado final en el que se comentaba la situación del centro social, así como la posibilidad de que en las próximas semanas lleguemos a un acuerdo con la Junta Municipal para ser realojados en las instalaciones del centro cultural Luis Peidró. Y que terminaba afirmando que:

“Hoy hemos vuelto a caminar juntos, hoy hemos vuelto a hacer historia con minúsculas, de esa que no saldrá en los medios de comunicación, los libros o los relatos oficiales. Una Marcha que supone otro hito en la historia de SECO, otro episodio que termina con un continuará… esperamos que con una nueva mudanza a la que seréis invitados. Y queremos acabar dándoos las gracias por tener el oído atento al llamado de la ALERTA ROSA, por sentiros interpelados y habernos ayudado a construir un enorme agujero rosa de banderas, pancartas, disfraces y objetos, haciendo realidad que frente a la gris realidad es posible pintar el mundo de otros colores.
¡NUNCA MÁS UN MADRID SIN VOSOTROS Y VOSOTRAS! ¡NUNCA MÁS UN BARRIO SIN NOSOTROS Y NOSOTRAS!”
